-¡Otra vez aquí!, me quejé ante persona-con-la-que-vivo. Me da la sensación de que me paso media vida en este sitio. -¡Pero serás exagerada! -¡Que sí! Mira, voy a contar todas las veces que he venido: uno, cuando lo de la garganta; dos, cuando lo de la espalda; tres, cuando vine a pedir cita para el análisis; cuatro, cuando me hicieron el análisis; cinco, seis y siete, cuando vine tres veces a por los resultados y no estaban... -¡Eh, mira, un gatito!- fue su respuesta. ¿En qué momento habría dejado de prestarme atención?
Como la Seguridad Social no se caracteriza precisamente por su rapidez, nos pusimos a hablar, hasta que llegados a un punto... -Lauraaaa, schuuuuuu, dijo persona-con-la-que-vivo. -¿Qué? -¡Deja de reírte! ¡Que así no parece que estés enferma! -¿No? -¡No!
Jops. Pues vaya rollo...
Y ahora viene lo importante: ¿qué hacía una chica como yo en un lugar como Urgencias?
Pues yo os lo digo: tenía un Cuerpo Extraño No Identificado (de ahora en adelante C.E.N.I) en el ojo.
La cosa sucedió tal que así:
Sábado por la noche. Algo impacta contra mi ojo izquierdo. -Jum... algo me molesta por aquí dentro... -¡Yo no te lo miro!, dijo persona-con-la-que-vivo, que te pones como una loca cuando te toco los ojos.
¡No te fastidia! El ojo es algo muy delicado y los míos MÁS. Que alguien que no tiene ni idea curiosee por ahí, ¡no mola!
Al día siguiente la molestia seguía invencible: -Persona-con-la-que-vivo, no sé si deberíamos ir a la piscina... o a Urgencias, porque sigo mal del ojo.
Vale, ganó la piscina. A ver, ¿qué queréis? ¡No puedo pasar un domingo en el médico! Es antinatural...
Eso sí, antes pasamos por la farmacia. Persona-con-la-que-vivo en bañador y clanchas, yo con un vestido playero que dejaba asomar el bikini. Y la bolsa con las toallas. Y oliendo a crema solar. Qué pintas... -¡Hola! Mira, dije al tiempo que le plantaba el ojo en la cara del farmacéutico. Creo que se me ha metido algo y me duele...
Nos miró como diciendo: "estos locos me van a vaciar todos los jarabes en el suelo y se van a dar un baño aquí mismo". Sin embargo, sólo me recomendó que fuera al médico porque los ojos son muy delicados, y que hasta entonces, me echara suero.
Y el suero me lo eché, pero al médico no fui.
Cuando el lunes me desperté y seguía sintiendo como si tuviera un campo de tierra metido en la retina, supe que tenía que tomar una decisión: me fui a trabajar como si nada.
Hasta que por la tarde, cuando todo el mundo me había reñido por no ir al médico, incluido el jefe, cogí el autobús, luego el tren, luego el metro y luego otro autobús (¿qué pasa? Si quieres vivir en una gran ciudad, esto es lo que hay), quedé con persona-con-la-que-vivo y para el ambulatorio que nos fuimos.
Cuando la doctora me dijo que me sentara en la camilla, empecé a asustarme. ¡Yo no pensaba que fuese a inspeccionarme el ojo! Creía que recetándome unas simples gotitas...
¡Ja! No voy a entrar en detalles porque no quiero ser desagradable, sólo diré que el C.E.N.I estaba metido dentro del párpado superior y la muy valiente consiguió sacármelo y enseñármelo. El proceso mejor no lo comentamos.
Después me hizo unas pruebas para comprobar que el C.E.N.I no había dañado la córnea (muy placenteras también, ejem...) y... ¡quedé como nueva!
Con ganas de estamparle un beso en toda la mejilla, salí de la consulta y volvimos a casa. El C.E.N.I, que resultó ser una partícula negra muy fea, se había quedado en una gasa, olvidado en la consulta de un ambulatorio. ¡Bien!
P.D- Ya estoy oficialmente de vacaciones. Mañana empieza la aventura campista (de cámping, no de Camps, por favor) Prometo volver con muchas anécdotas. Hasta entonces, sed buenos. Muchas gracias por vuestra compañía y vuestros comentarios. Se os coge cariño. |
C.E.N.I. Vale, soy cortita, pero no sé qué significan las siglas. De todas formas, te compadezco. No hay cosa más molesta que algo dentro del ojo. Yo no sé ni cómo aguantaste tanto tiempo con eso dentro.
A mi cuando se me mete algo y me quejo a mi padre, me contesta:
- Eres una exagerada. Sácate el ojo, lávalo un poco bajo el grifo y vuélvetelo a poner. Y ya está, como nuevo.
Es humor de padre. Sólo lo entiende él.
Diviertete mucho en el camping.
Un abrazo.