(Tercer) Diario de una joven maniática

domingo, 31 de agosto de 2008
40. Cosas que hacen que la vida valga la pena, como las películas de amor.
Actualización fotográfica:
Pongo esta tierna estampa para que dejéis de decir que las crías de jerbo son feúchas, jaja. Así es un jerbo con una semanita. Sus papis se han enfadado conmigo por cogerla, pero ha sido por una buena causa. Las seis están estupendamente y la mayoría ya tienen hogar de acogida ;-) Buen finde, yo estaré celebrando que me han renovado el contrato, ya os contaré :-)


Antes de ir a dormir, persona-con-la-que-vivo y yo hacemos un "tour" por la casa para comprobar que todos nuestros seres vivos (plantas, peces, jerbos) están felices y contentos y desearles buenas noches. No nos entienden ni nos contestan, pero tranquilos, no nos sentimos ofendidos.



Pero el otro día...


- Persona-con-la-que-vivo, esta jerba está muy gorda. Creo que compartir con ella tus sándwiches de queso no es buena idea...
- ¡No te metas con mi jerba! Está guapísima, ¿a que sí Icarita, a que eres muy bonita tú? ¿Quién se va a comer un trozo de queso ahora mismo, quién, eh, quién?

- ...




Bien. Cuando tu jerba está gorda, sólo puede significar una cosa:





Ups... vaya, entonces dos, porque también puede significar esto:



... nacerá, de tu cuerpo nacerá, cuando pueda abrir los ojos, te verá...


Efectivamente. Estos son nuestros nuevos inquilinos, cariñosamente conocidos como "gusanitos". Falta uno que estaba escondido en el momento de la foto -nos ha salido timidín- pero son 6. ¡¡¡SEIS BICHOS ENANOS Y LLORONES!!!

Después del parto, el macho volvió a fecundar a la hembra (lo sé, un comportamiento muy poco caballeroso, todos esperábamos que le llevara un gran ramo de rosas) así que persona-con-la-que-vivo y yo hemos abierto un gabinete de crisis y estamos buscando posibles opciones. De momento, gana puntos la de:

"Dejar nuestros respectivos trabajos y dedicarnos a criar cientos y cientos de jerbos. Venderlos o no según el cariño que les cojamos".

En fin... la verdad es que esta experiencia está siendo muy tierna y divertida, resulta emocionante ver a los papis cuidar tanto de sus hijitos.

- ¿El macho les puede dar de mamar?, preguntó persona-con-la-que-vivo.


Ay, cuántas cosas sobre la madre naturaleza va a aprender con esta experiencia...

posted by LauraConChocolate @ 11:00   34 comments
domingo, 24 de agosto de 2008
39. Porque voy a salir esta noche contigo...
Tabarca es una preciosa isla del Mar Mediterráneo situada a 20 kilómetros de Alicante, siendo la más grande de la Comunidad Valencia y la única habitada.




Pero si además digo que es el lugar donde, por primera vez, persona-con-la-que-vivo y familia-que-me-parió compartieron unas cuantas horas y un estupendo arroz a banda, seguro que os resulta muuuucho más interesante.

Yo tenía la absoluta certeza de que el encuentro iba a resultar un éxito, porque mi familia es genial y estupenda, y persona-con-la-que-vivo es genial y estupendo, y yo... bueno, yo no me callo ni debajo del agua.

Y a punto estuve de demostrarlo. Porque cuando mis padres llegaron a Alicante, ciudad en la que persona-con-la-que-vivo y yo estábamos disfrutando de un finde de playa y relax (a falta de vacaciones, buenos son los findes) los cinco cogimos un barco rumbo a la isla.

Yo iba de valiente:
-Persona-con-la-que-vivo, espero que no montes el numerito como cuando ves insectos voladores en la cocina. Que yo comprendo tus fobias, pero a mis padres y a mi hermana tienes que demostrarles que eres alguien muy osado, capaz de protegerme en cualquier situación.

Dos horas después, persona-con-la-que-vivo estaba como Pedro por su casa en el barco, paseándose por todas las instalaciones y haciendo fotos al infinito y más allá. Al mismo tiempo, yo estaba fuertemente agarrada a una barra, gritando como una posesa y provocando las atónitas miradas de todos los pasajeros:
-Tranquilo, cariño, es sólo una señora loca, -decían los padres a sus retoños.

¡¡¡PERO ES QUE EL BARCO SE MOVÍA MUUUCHO!!! ¿A qué sí, papá, a que no estoy loca, a que pillamos fuerte marejada? Sólo trataba de conservar mi vida, de verdad.

Mi padre bebía zumos y comía rosquilletas y mi madre concentraba todas sus energías en no marearse, pero persona-con-la-que-vivo estuvo a punto de impedir que lo consiguiera.

Y es que cuando persona-con-la-que-vivo se fue al baño, mi madre se alarmó:
-Laura, se ha ido a vomitar, ¿verdad? ¿Se encuentra mal, a que sí? ¡Uf! Pobrecillo, de pensar que le ha entrado angustia, me está entrando a mí también.
-¡Qué va, mamá! Si se ha ido a hacer "pipí", ¿no ves que está tan tranquilo? ¿¡Pero cómo es capaz de mear en este barco de los horrores?!


Sólo cuando persona-con-la-que-vivo volvió y confirmó que no estaba vomitando, mi madre recuperó el color de su piel.

Mi hermana permanecía ajena a todo esto, ella estaba demasiado concentrada en sacar medio cuerpo fuera del barco para conseguir la mejor fotografía.

Cuando llegamos a la isla, tuve ganas de besar el suelo, pero me limité a preguntar si podríamos volver a Alicante en taxi, aunque nadie me hacía caso. Mi padre estaba demasiado ocupado recorriendo la isla para elegir un sitio donde comer y Cristina se metía en todas las tiendas de souvenirs para ver si tenían estrellas de mar disecadas y hacer su alegato en favor de los derechos de los seres vivos.
-¿Una estrella de mar es un ser vivo?, pregunté ignorante.
-Pues claro, dijo mi hermana, cinco años más joven pero mucho más inteligente.

Comimos un estupendo arroz a banda, recordando anecdótas de la infancia donde yo no salía demasiado bien parada. Incidieron sobre todo en mi torpeza, y justo en ese momento, NO SÉ CÓMO Y SIN QUERER, tiré por los aires el helado de limón que me estaba tomando. ¿Torpe? ¿Quién dijo torpe?

Entonces, mi padre le confesó algo a persona-con-la-que-vivo:
-Yo la verdad es que estoy un poco celoso, porque desde que mi hija vive contigo, sales más en su blog que yo. Intento hacer méritos para que me saque, pero aunque sólo sea por una cuestión de distancia, tú lo tienes mucho más fácil.

Ayyy. Son como niños.

Después de comer, fuimos a mojarnos los pies a una cala llena de rocas, donde era muy difícil mantener el equilibrio porque las piedras se te incrustaban en la piel. Cuando mi padre vio que la ágil Cristina conseguía saltar de roca en roca cual gaviota, empezó a tirarle piedras para que se cayera.

Me asusté pensando cómo le iba a explicar a persona-con-la-que-vivo un comportamiento así, me lo imaginaba tirándose al mar y nadando hacia la costa, en plan "¡¡¡no quiero pasar ni un minuto más con esta familia!!!". Pero no, él contemplaba divertido el espectáculo, sentado con mi madre en una roca, y grabando un vídeo del peculiar momento, supongo que para volver a verlo cuando quiera saber de dónde viene esa parte de locura que tengo y no puedo disimular.

El viaje de vuelta fue mucho más relajado. Cris y persona-con-la-que-vivo se quedaron dormidos a los cinco minutos, pero a pierna suelta, y yo no tuve que agarrarme a ninguna barra. Me bastó con sujetarme a la silla con mis cuatro extremidades.

posted by LauraConChocolate @ 19:00   29 comments
sábado, 2 de agosto de 2008
34. Tú querías el mundo, para mí el mundo empezaba en tus pies.
Este post es la clara demostración a mi padre (que fue quien me lo pidió) de que no sólo tengo sentido del humor para reírme de mis seres queridos (que también, pero eso es una muestra del gran cariño que les tengo ;-) sino también, y sobre todo, tengo sentido del humor para reírme de MÍ. Así que, trago aire, y cuento aquel episodio playero que por mi culpa le tocó vivir a mi padre... pobrecito.

Allá vamos.

Esto que veis en la foto no es un montaje con el Photoshop. Ojalá. Estas gafas tan feas, tan espantosas y tan ortopédicas, existen. Y son mías.

Si un licenciado en Oftalmología con un posgrado en campimetría y funciones visuales me las hubiese recetado, vale. ¿Quién soy yo para desafiar a la Medicina? Pero que este engendro ortopédico sea simplemente un "regalo" de una de las personas que se supone que más me tienen que querer, no tiene gracia. Papá, la próxima vez que pienses en un regalo, valora también la opción "coche" :p

El motivo por el que tengo unas GAFAS DE BUCEAR GRADUADAS (que eso es lo que son) es para que nadie que venga conmigo a la playa pueda pensar que me he ahogado. Y no es que yo no sepa nadar o que estas gafas aerodinámicas me hagan flotar. El problema es que tengo un defecto de la visión consistente en que los rayos luminosos procedentes de objetos situados a cierta distancia del ojo forman foco en un punto anterior a la retina. Vamos, que soy miope. Que ya le vale a la genética, mi hermana se queda con la altura de mi padre y yo con la miopía. ¿Qué clase de discriminación es esta?

NARRACIÓN DE LOS HECHOS.

Mi padre y yo fuimos a la playa, horas antes de que saliera mi tren de vuelta. La conversación fue agradable, o lo que es lo mismo, no volvió a decir que nunca pensó que pudiera ser guionista.

Me quité las gafas para tomar el sol y luego decidí sumergirme en las agradables aguas del Mediterráneo. Intenté seguir una línea recta para que al salir pudiera encontrar a mi padre sin ninguna dificultad (recordatorio: soy miope) y tomé como referencia a una pandilla que estaba jugando con una pelota.

La pandilla se iba desplazando hacia la izquierda por los movimientos del juego y yo no dudé en hacer lo mismo, pensando que era la corriente la que se los llevaba. Además, di tres volteretas y ya estaba mareada. Vamos, que casi me creo que he llegado buceando a las Baleares.

Empecé a andar hasta la orilla, entornando los ojos para encontrar, entre la multitud de toallas, mi reconocible toalla de La Sirenita (que tiene gracia la cosa, me voy a Valencia pensando que en casa tengo de todo, y cuando llego me encasquetan esa toalla. ¡Si lo llego a saber me compro una!) Había hombres tomando el sol, pero ninguno era mi padre. Estuve un buen rato andando entre la gente y acercándome a ellos para poder distinguir si eran o no mi progenitor (sí, di muy buena imagen a los veraneantes... pero como no les veía me daba igual) pero cuantas más vueltas daba, más me alejaba de mi padre.

Después de andar y desandar lo andado varias veces, localicé a un hombre con una fisonomía similar a la de mi padre y me acerqué hasta él. Miraba preocupado al horizonte, como intentando buscar a alguien que tendría que estar en el mar y a quien no veía: YO.

Y es que ahí estaba mi padre, mirando las olas y pensando: ¿se la han comido?

Cuando nos reencontramos, me señaló el enorme torreón de la Cruz Roja, y preguntó:
-¿No lo veías? ¿No te has fijado en que estábamos justo delante? ¡Que podíamos verle al socorrista los pelos de la nariz!
-No, no, no, -me defendí- Este torreón no estaba aquí cuando nosotros llegamos, ¿eh? ¡¡Esto lo han puesto después!!

Claro, mi argumento era tan absurdo como carente de fundamento (me enteré después, cuando mi padre me explicó que los torreones estos no se van moviendo por la arena "así como así")

En fin, que como resultado, tengo ahora unas esperpénticas gafas de bucear para que nadie quiera ir conmigo a la playa, digoooo... para no volver a perderme. Y un nuevo mote (¿cariñoso?) que inventó persona-con-la-que-vivo cuando las estrené en la piscina: monstruito...
posted by LauraConChocolate @ 19:19   31 comments
¿Qué puedes hacer cuando eres una maniática crónica y tu vida da un giro de 180º? ¿Volverte loca? Bah, ya lo estaba de antes. ¿Darte cabezazos contra la pared? No, estropearía mi rubia melena. ¿¿¿Entonces??? ¡CAMBIAR TAMBIÉN DE BLOG! :)
Me he traído a las niñas :)

Name: LauraConChocolate
Home: Spain
About Me:
Ver mi perfil
Anteriores pedacitos de choco (¡sin caducar!)
Todos estos meses he comido chocolate aquí
Mis trocitos de chocolate
Powered by

Free Blogger Templates

BLOGGER